La Relatora Especial del Imperio de las Mentiras
Por Anat Vidor*
No hay mucho bueno que decir sobre la antisemita ítalo-tunecina Francesca Albanese, excepto reconocer su coherencia. Fue asesora legal de la organización terrorista "UNRWA", dictó conferencias en la Universidad de Belén sobre su tema favorito: "La opresión palestina por Israel", flirteó con el viejo antisemitismo al escribir "Un lobby judío controla a EE.UU.", y hasta publicó un libro completo, bajo el pretexto legal, por supuesto, sobre las supuestas violaciones legales de Israel. Esto fue suficiente para que la ONU, en 2022, la nombrara como la "Reportera Especial", oficial y objetiva, de los crímenes de Israel contra los "pobres palestinos oprimidos" en los territorios ocupados.
Armada con sus "gafas biónicas", diseñadas para magnificar cualquier supuesto pecado judío, Francesca se lanzó al campo para hacer lo que mejor sabe hacer: presentar al Estado judío como una entidad ilegal, claro, hablando en términos legales, y reportar sobre una realidad invertida donde el agredido es el agresor y viceversa.
Quienes pensaron que su nombramiento oficial la llevaría a suavizar su lenguaje o adoptar una imagen algo más objetiva estaban muy equivocados. Incluso con una tarjeta de presentación que lleva el nombre de la ONU, Francesca, de manera consistente y sistemática —y, por supuesto, legal— justifica la violencia palestina, equipara la Nakba con el Holocausto, refuerza afirmaciones de que Israel comete apartheid y llama a un embargo de armas contra Israel. Ni siquiera la masacre del 7 de octubre logró conmoverla; después del ataque, justificó el asesinato de israelíes, afirmó que Israel estaba cometiendo genocidio y no olvidó mencionar que los testimonios israelíes sobre agresiones sexuales eran fabricados.
Como un diablo de Tasmania en esteroides, reporta y reporta, siempre desde un mundo al revés, donde el “terror judío organizado” supuestamente amenaza a los palestinos que buscan la paz. Esta semana, como tantas otras, la Reportera volvió a ser noticia cuando comparó a Netanyahu con Hitler y afirmó que la eliminación del asesino en masa Sinwar fue "inhumana e injusta", porque, legalmente, él debía haber sido juzgado junto con los líderes de Israel.
Francesca no es un error inocente. Si su conducta no fuera del agrado de sus empleadores, hace tiempo la habrían devuelto a su país de origen con marcas de botas en el trasero. Pero su continua rampante demuestra que Francesca es la encarnación misma de la ONU actual, una organización que parece existir para un solo propósito: ser una herramienta para que el mundo, liderado por 57 países musulmanes, ataque a un pequeño país que simplemente intenta sobrevivir.
Aunque no soy una "Relatora Especial", puedo identificar a un antisemita cuando lo veo, y prefiero a personas como Francesca. Es cierto, estamos acostumbrados a los antisemitas educados que dicen "Israel tiene derecho a defenderse" y luego, en un giro sorprendente, piden un embargo de armas para que Israel no pueda hacerlo. Prefiero a la Relatora Especial, una antisemita orgullosa, directa, clara, que dice explícitamente —con respaldo legal, por supuesto— que Israel no tiene derecho a defenderse y que matar judíos es algo necesario.
Solo así entenderemos mejor a lo que nos enfrentamos, sin pretensiones, declaraciones pulidas ni palabras disimuladas que ya nadie tiene energía para desenmarañar. Así, identificaremos mejor a la ONU de hoy: antisemita, hipócrita, completamente alineada con el eje del mal, y, por lo tanto, irrelevante. Deberá ser tomada en su justa medida.
Y Francesca... que siga esparciendo su veneno, como lo hicieron sus antepasados fascistas, recordándonos a nosotros y al mundo entero que no tenemos a nadie en quien confiar, excepto en nosotros mismos. Porque si la eliminación de Sinwar fue "injusta", entonces me enorgullezco de esta injusticia y espero que persigamos esta misión hasta que todos los terroristas sean eliminados. Así es como debe ser. Legalmente hablando, claro está.
*Anat Vidor, Presidente de WIZO Mundial
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